Descubre los mejores lugares que ver en la Riviera Albanesa y déjate atrapar por uno de los destinos más sorprendentes del sur de Europa, donde el azul turquesa del mar te deja sin palabras. Esta franja costera recorre el sur de Albania, bañada por el mar Jónico, y combina playas de ensueño, montañas que se precipitan hacia el agua y pueblos que aún conservan su esencia tradicional.
Playas paradisíacas que no tienen nada que envidiar al Caribe, calas vírgenes donde estar solo es aún posible, pueblos colgados en la montaña, beach clubs con ritmo y puestas de sol desde chiringuitos con palmeras
Además de sus paisajes, esta zona tiene historia. En sus costas se alzaron antiguas ciudades como Butrinto, hoy Patrimonio de la Humanidad, y castillos como el de Porto Palermo. Aquí puedes cruzarte con iglesias ortodoxas escondidas entre olivares, mezquitas en ruinas o esculturas surrealistas junto al mar.
Sigue leyendo para conocer cada uno de los 15 lugares imprescindibles que ver en la Riviera Albanesa, desde los rincones más fotogénicos hasta playas secretas que aún resisten a las masas ¡Vamos a ello!
- Paseo en barco por la costa de Saranda
- Excursión a Corfú en barco
- Tour en barco a 7 destinos con sombrilla gratuita desde Saranda
- Tour en barco por la Riviera albanesa con paradas para nadar desde Himara
Ksamil
Durante nuestra ruta por la Riviera Albanesa elegimos Ksamil como base y fue todo un acierto. Este pequeño pueblo costero está rodeado de playas que parecen del Caribe, con arena blanca, aguas turquesas cristalinas y calas bien cuidadas donde apetece quedarse horas. Muchas de sus playas son privadas, así que lo habitual es alquilar una sombrilla y un par de hamacas por unos pocos euros al día. La experiencia merece la pena.
Eso sí, Ksamil es uno de los destinos más turísticos de Albania y en pleno julio y agosto se llena hasta los topes. Nosotros fuimos a principios de junio y todavía se respiraba tranquilidad, aunque ya se notaba más ambiente en algunas playas populares.
Entre los lugares curiosos de la zona destaca la escultura de “La Mano en la Playa” (Hand Statue Ksamil), perfecta para una foto original frente al mar, y una impresionante escultura de madera en forma de torso humano, ubicada cerca de Foga Beach Restaurant. Esta figura hueca permite a los visitantes caminar por su interior, atravesando el pecho, y se ha convertido en uno de los rincones más fotogénicos de Ksamil.


Uno de los mejores planes fue alquilar un barco de pedales en la orilla y remar hasta las pequeñas Islas de Ksamil, situadas justo enfrente. Allí encontramos calitas solitarias donde zambullirnos y pasar la mañana con vistas de postal. Es una forma sencilla y divertida de escapar un poco del bullicio.

La oferta de alojamiento es amplia y asequible, con apartamentos sencillos y hoteles familiares a buen precio. Y si te gusta el pescado, estás de suerte. En muchos restaurantes junto al mar puedes disfrutar de pescado fresco, marisco y platos locales por precios muy razonables.

Butrinto
Muy cerca de Ksamil se encuentra uno de los lugares más fascinantes del sur de Albania, el yacimiento arqueológico de Butrinto. Esta antigua ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad es un verdadero viaje en el tiempo entre ruinas griegas, romanas, bizantinas y venecianas, rodeadas de bosques y lagunas. Una escapada perfecta desde Ksamil, para empaparte de historia y cultura antigua, en apenas unas horas.
Nosotros fuimos desde Ksamil en coche, en menos de 15 minutos, y fue una de las visitas que más nos sorprendió. Visita nuestra guía completa sobre qué ver en Butrinto para conocer todos sus rincones imprescindibles.

Blue Eye de Albania
El famoso Blue Eye o Syri i Kaltër es uno de los fenómenos naturales más sorprendentes de Albania y puedes visitarlo fácilmente desde Ksamil, Saranda o incluso combinarlo con una ruta hacia Gjirokastër o Butrinto. Es una escapada perfecta para los amantes de la naturaleza, con ese punto de misterio que lo hace aún más especial.
Este manantial, rodeado de vegetación espesa, emana un agua cristalina de un azul turquesa tan intenso que cuesta creer que sea real. Desde lo alto, parece un auténtico ojo abierto en medio del bosque. Lo más fascinante es que se desconoce su profundidad exacta, aunque los buzos han descendido más de 50 metros sin llegar al fondo. La fuerza con la que brota el agua es impresionante y crea un entorno de belleza salvaje que te deja hipnotizado.
Visita nuestra guía completa sobre el Blue Eye de Albania si quieres saber cómo llegar, consejos prácticos y todo lo que necesitas para disfrutar de esta joya escondida.

Saranda
Saranda es mucho más grande que Ksamil y es otro de los puntos habituales donde muchos viajeros hacen base para explorar la Riviera Albanesa. Su ubicación es muy estratégica, a pocos minutos de Ksamil, del yacimiento de Butrinto y del Blue Eye, con buenas conexiones por carretera y ferris que la unen incluso con Corfú.
Sin embargo, a nosotros no nos terminó de conquistar. Al ser una ciudad más grande y desarrollada, pierde ese toque local y auténtico que sí tienen otros pueblos más pequeños de la costa. Aunque tiene su paseo marítimo, muchas tiendas y restaurantes, no le vimos tanto encanto como a otras paradas de la ruta.
Kakome y Krorëza Beach, ambas accesibles por mar desde Saranda
Lukova Beach y Playas Vírgenes – El secreto mejor guardado de la Riviera Albanesa
Lukova Beach nos pareció una de las mejores playas de toda la Riviera Albanesa. El color del agua, el entorno virgen y el silencio que se respira la convierten en una joya que aún escapa del turismo masivo. Aunque es una playa bastante salvaje y desértica, cuando llegamos estaban empezando a construir algunos chiringuitos junto al acceso principal, lo que deja claro que el secreto no durará para siempre.

Pero lo verdaderamente mágico empieza más allá. Desde la misma playa de Lukova Beach arranca un sendero de unos 5 kilómetros de ida, que recorre la costa entre acantilados, olivares y mar. No es necesario recorrerlo entero, pues a poco que vas caminando por el sendero y te alejas lo suficiente, el paisaje empieza a regalar calitas escondidas, con nombres como Plakoto Beach y otras tantas que no tienen ni cartel ni referencia en el GPS.
Para nosotros fue una de las mejores experiencias del viaje. Estuvimos completamente solos en lugares que parecían inventados, con el mar brillando bajo el sol y la sensación de estar en un rincón secreto del mundo. Algunos rincones ni siquiera estaban en los mapas. Así que si acabas llegando a una de estas calas escondidas, guárdanos el secreto. Este paraíso merece seguir siéndolo.

Borsh
Borsh nos pareció una de las joyas más auténticas de la Riviera Albanesa. Su playa es la más larga de toda la costa, con más de 7 kilómetros de extensión . A pesar de su tamaño, mantiene un ambiente tranquilo y natural, alejado del bullicio de otras zonas más turísticas.
El entorno es precioso, con colinas cubiertas de olivares que llegan hasta el mar. El agua es cristalina y la playa combina zonas de arena y guijarros. Aunque hay algunos chiringuitos y alojamientos sencillos, la sensación general es de estar en un lugar con zonas aun tranquilas.
Si buscas una experiencia más cultural, puedes visitar el Castillo de Borsh, también conocido como Castillo de Sopot, que se alza en una colina cercana y ofrece vistas panorámicas de la costa.
Porto Palermo
Porto Palermo fue una de las paradas que más nos sorprendió durante la ruta por la Riviera Albanesa. Desde lo alto de la carretera ya empiezas a alucinar con las vistas, con una pequeña península que se adentra en el mar formando una bahía protegida de aguas tranquilas y cristalinas. La combinación del azul intenso del mar con el verde de las colinas y el castillo en el centro es simplemente espectacular.
La playa, aunque de piedras, es muy tranquila y perfecta para un chapuzón rodeado de historia. Se llega fácilmente en coche desde Himarë o Qeparo y hay un pequeño aparcamiento junto al acceso. Lo más llamativo del lugar es el Castillo de Ali Pasha, que puedes visitar por dentro por un precio simbólico.

Himare
Himare está situada en pleno corazón de la Riviera Albanesa, entre Porto Palermo y Dhermi, y fue uno de los lugares donde más disfrutamos del ambiente de costa. Su playa principal es muy amplia y alargada, perfecta para dar paseos junto al mar o simplemente plantar la toalla y desconectar. Las aguas son limpias, tranquilas y con ese color azul que tanto enamora en esta zona.

Hay zonas habilitadas con sombrillas y tumbonas para alquilar, así que puedes pasar el día entero sin preocuparte por nada más que disfrutar. Además, el paseo que recorre la playa está lleno de chiringuitos y cafeterías con mucho rollo chill out, decorados con madera, telas claras, luces suaves y cojines donde apetece quedarse horas. Ese estilo relajado, casi bohemio, le da a Himare un aire que nos encanta.
Nos gustó mucho Himare. Tiene ese equilibrio entre ambiente tranquilo y sitios con buena vibra para tomar algo, sin llegar a ser tan masificado como otras zonas más turísticas.

Aquarium Beach
Aquarium Beach es una pequeña cala escondida entre Himarë y Jale, rodeada de paredes de roca y aguas turquesas que hacen honor a su nombre. Es un rincón ideal para una parada diferente, más tranquila y con un aire muy salvaje.
Aunque el acceso no es el más sencillo, el entorno merece totalmente la pena. Es un lugar muy fotogénico, perfecto para darse un baño en un entorno íntimo y natural, lejos del bullicio de otras playas más grandes.

Vuno
Vuno es un pueblo pintoresco encaramado en la montaña a pie de carretera,entre Himare y Dhermi, y es un imprescindible que ver en la Riviera Albanesa. Se puede llegar fácilmente en coche, aparcando en alguno de los pequeños huecos a la entrada del pueblo y continuando a pie por sus calles empedradas.
El pueblo es muy pintoresco, con casas de piedra, puertas de madera desgastadas por el tiempo y antiguas iglesias ortodoxas con de siglos de historia. Es un lugar muy fotogénico, con rincones encantadores.
Y si quieres una experiencia diferente donde comer en la Riviera Albanesa, apunta esta parada como una de las más top. Se trata de Mom’s Food, un pequeñísimo negocio familiar y tradicional donde cocinan como en casa, con cariño y recetas de toda la vida. No te lo pierdas. Puedes probar platos como fërgesë, pimientos rellenos, berenjenas al horno o pan recién hecho con queso local. Todo casero, preparado y servido por una señora albanesa. Es una experiencia muy auténtica.

Jale Beach
Jale Beach es una de las calas más conocidas de la Riviera Albanesa y atrae sobre todo a un público joven por su ambiente animado y sus chiringuitos con música. La playa en sí es bonita, con aguas limpias, turquesas y rodeada de montañas que le dan un toque escénico. Es una cala de tamaño medio con zonas habilitadas con tumbonas, aunque también puedes encontrar espacio para poner tu toalla si llegas pronto.
Durante el día, el ambiente es más relajado, pero a medida que se acerca la tarde, algunos beach clubs suben la música y empieza a sentirse un aire más festivo. Es una buena opción si buscas algo de vidilla y no te importa compartir la playa con mucha gente, especialmente en temporada alta.

Gjipe Beach – La mejor playa de la Riviera Albanesa
Si hay una playa que nos dejó completamente boquiabiertos en la Riviera Albanesa, fue Gjipe Beach. Oculta entre acantilados salvajes y abrazada por un cañón imponente, esta cala de aguas turquesas y paisaje virgen es, sin duda, uno de esos lugares que parecen sacados de un sueño
Llegar hasta aquí no es lo más fácil, pero quizás por eso conserva ese aire auténtico, de paraíso escondido, al que solo llegan los que realmente lo buscan. Para acceder a Gjipe Beach, tendrás que dejar el coche en un pequeño aparcamiento en lo alto (cuesta unos 200 lekë) y descender caminando durante unos 20-30 minutos. El sendero es algo pedregoso, pero sencillo y va regalándote vistas espectaculares del mar a medida que te acercas. Es importante llevar calzado cómodo, agua y protección solar porque no hay sombra hasta llegar abajo. Pero créenos que el esfuerzo merece la pena.
Y de repente… aparece Gjipe. Una playa de cantos blancos bañada por aguas cristalinas de un azul que parece imposible, rodeada de vegetación y de enormes paredes de roca. Desde arriba hay varios puntos desde donde asomarse para disfrutar de estas vistas de auténtica postal y tomar tus fotos.

En la misma playa hay un pequeño chiringuito donde puedes tomar algo fresco, pedir algo de picoteo o incluso disfrutar de una cerveza bien fría con los pies en el agua.
Gjipe Beach fue claramente una de nuestras playas favoritas que ver en la Riviera Albanesa y un rincón paradisíaco que debes apuntar en tu ruta por Albania.

Dhermi
Dhermi es una de las paradas más conocidas de la Riviera Albanesa y, aunque tiene una costa extensa con varias playas como Dhermi Beach, Drymades y Palasa, lo cierto es que no nos terminó de enamorar. Las playas son amplias y el entorno es bonito, pero predominan los guijarros y piedras grandes, lo que para nuestro gusto le resta un poco de encanto y comodidad.
Más allá de la playa, recomendamos subir al pueblo de Dhërmi, situado en la ladera de la montaña. Es un lugar tranquilo y con mucho encanto, con callejuelas de piedra, casas tradicionales y vistas espectaculares del mar Jónico.

Vlore
Aunque no llegamos a visitar Vlorë en esta ruta, creemos que puede ser una parada muy recomendable si dispones de más días o si te apetece descubrir otras zonas más allá de la Riviera Albanesa clásica. Es una de las principales ciudades del sur de Albania, ubicada justo donde el mar Jónico se encuentra con el Adriático, lo que le da una ubicación estratégica e interesante.
Puedes visitar el Paseo del Lungo Mare, relajarte en playas urbanas como Plazhi i Ri o escaparte hacia la cercana península de Karaburun y la isla de Sazan, mucho menos turísticas. Además, aquí se proclamó la independencia de Albania en 1912, así que también tiene un valor histórico importante, con monumentos y museos relacionados con ese momento.
Nos queda pendiente para la próxima, pero tiene toda la pinta de ser un lugar con buen ambiente, gastronomía local, muchas opciones de alojamiento y posibilidades para seguir explorando otros rincones de la costa.
Apolonia de Iliria
Aunque Apolonia de Iliria no tiene tanto para ver como otros yacimientos más conocidos como Butrinto, también merece una visita si te interesa la historia y la arqueología. Fundada en el siglo VI a.C. por colonos griegos, fue una ciudad importante durante la época helenística y romana, dedicada al dios Apolo y con vínculos directos con la civilización iliria. Llegó a ser un centro cultural y comercial relevante, incluso con su propia escuela filosófica.
Entre las ruinas que aún se conservan destacan el pórtico del bouleuterion, uno de los más fotogénicos con sus columnas de mármol, los restos del templo de Apolo, parte del teatro antiguo, fragmentos de la biblioteca y otras estructuras repartidas por el recinto. La visita se completa con un pequeño museo ubicado en un antiguo monasterio ortodoxo, que recoge piezas encontradas en la zona y ayuda a contextualizar la vida en la ciudad.
Visita nuestra guía completa sobre qué ver en Apolonia de Iliria si quieres conocer todos los detalles y consejos prácticos.

Que hacer en la Riviera Albanesa – Mejores tours y actividades
Estos son algunos de los tours más interesantes que hacer en la Riviera Albanesa para llenar tu estancia de momentos increíbles:
- Paseo en barco por la costa de Saranda
- Excursión a Corfú en barco
- Tour en barco a 7 destinos con sombrilla gratuita desde Saranda
- Tour en barco por la Riviera albanesa con paradas para nadar desde Himara
Donde dormir en la Riviera Albanesa
A lo largo de la Riviera Albanesa tienes muchísimas opciones para alojarte. Los pueblos más habituales para pasar la noche son Ksamil, Sarandë, Vlorë, Dhermi o incluso Vuno, cada uno con su propio ambiente y atractivos. Lo ideal es elegir en función de la zona que quieras explorar, ya que las distancias por carretera pueden ser largas. Aunque es cierto que las carreteras las estaban mejorando cuando fuimos, todavía le quedan varios años para que se pueda circular con tranquilidad.
En nuestro caso, pasamos tres noches en Ksamil, que nos vino genial para visitar Butrinto, el Blue Eye y disfrutar de sus playas de aguas turquesas. Allí nos alojamos en el Prestige Home Ksamil, un alojamiento cerca de la playa que cuenta con cocina propia, algo muy cómodo para estancias más largas como la nuestra. La relación calidad–precio fue estupenda y resultó perfecto para recorrer esa parte del sur de Albania.
Otra noche la hicimos en Dhermi, más al norte, lo que nos permitió conocer toda esa zona costera y además quedar más cerca de Tirana, nuestro siguiente destino. Elegimos el Sofo Hotel Dhermi, situado muy cerca de la playa, sencillo pero con todo lo necesario y una muy buena calidad–precio. Ideal para disfrutar del ambiente de este pueblo costero..
Ten en cuenta que, dependiendo de la época del año, los precios de los hoteles en la Riviera Albanesa pueden variar bastante. En verano suelen subir mucho, pero si reservas con antelación se pueden encontrar muy buenos precios en alojamientos junto al mar.
Como llegar a la Riviera Albanesa
La mejor manera de llegar a la Riviera Albanesa desde Tirana es en coche de alquiler. El trayecto hasta localidades como Vlore, Dhermi o Himarë dura entre 3 y 5 horas, dependiendo del punto de la costa al que quieras ir. Alquilar el coche directamente en el aeropuerto de Tirana es lo más práctico, ya que te da libertad para parar en miradores y pueblos por el camino.
Las carreteras entre Tirana y la Riviera estaban en proceso de mejora en varios tramos, y aunque cada vez son más cómodas, todavía encontrarás zonas con curvas, firme irregular y algo de tráfico pesado. A esto se suma que la conducción en Albania puede ser caótica, con adelantamientos arriesgados y conductores que no siempre respetan las normas. Conviene tomárselo con calma y mantener la atención en todo momento.
Donde comer en la Riviera Albanesa
En nuestro paso por la Riviera Albanesa teníamos claro que queríamos probar pescado fresco de la zona, y para ello encontramos un lugar estupendo, Fisherman’s Grill. Allí pedimos pulpo a la plancha, gambas a la plancha y una lubina entera que nos sorprendió por su calidad y precio. Fue, sin duda, lo que más nos gustó y una opción muy recomendable si buscas un restaurante sencillo, familiar y auténtico junto al mar.
También comimos en otro local cercano, algo más fino, llamado Fish Place. Aquí probamos de nuevo la lubina, pero en forma de carpaccio, preparada con un toque más moderno. Este restaurante ofrece también pizzas y pastas, lo que viene muy bien si en el grupo alguien prefiere otra cosa que no sea pescado. Los precios son algo más elevados que en Fisherman’s Grill, aunque siguen siendo bastante asequibles si los comparas con otros destinos europeos.
Otro de los restaurantes que nos sorprendió fue el Mom’s recipe en Vuno, un lugar con comida super tradicional donde te sirve la dueña con una sonrisa de oreja a oreja. Cada día prepara nuevos platos, no tienen carta, solo tienes que entrar al interior y pedir lo que tenga disponible. Tiene apenas 4 mesas en la terraza, pero si tienes oportunidad, es una opción muy recomendable.

Que ver cerca de la Riviera Albanesa
- Cerca de la zona de Ksimil se alza el Parque Nacional de Butrinto, Patrimonio de la Humanidad y un must en tu viaje por la Riviera Albanesa, a nosotros nos encantó la visita.
- En interior encontraras Gjirokaster, con su castillo y sus calles empedradas y Berat, con sus casas tradicionales blancas otomanas.
- La capital del país, Tirana, se encuentra a unas 4 horas, perfecta para rematar el viaje con un ambiente urbano. De camino, te recomendamos una parada en el yacimiento arqueológico de Apolonia.
- A medio camino entre la costa y Gjirokastër se ubica el Blue Eye, una parada imprescindible por la transparencia y color de sus aguas.
¿Merece la pena ir a la Riviera Albanesa?
Sí, merece mucho la pena ir a la Riviera Albanesa, especialmente si te gusta descubrir lugares que aún conservan su esencia antes de que cambien para siempre. Aunque cada vez hay más turismo, todavía es posible disfrutar de playas vírgenes, calas solitarias y pueblos costeros con sabor auténtico, sobre todo si evitas los picos de temporada alta como julio y agosto.
Lo mejor es que muchos de estos rincones aún están fuera del radar de las grandes masas, y puedes vivir experiencias únicas con aguas cristalinas, paisajes espectaculares y una sensación de libertad que cuesta encontrar en otros destinos del Mediterráneo. Pero ojo, porque los precios ya están empezando a subir, los chiringuitos y resorts crecen rápido, y la transformación va a continuar.
Si estás pensando en ir, no lo dejes para más adelante. Este es el momento. La Riviera Albanesa sigue siendo un paraíso accesible, auténtico y sin necesidad de gastar una fortuna. Y eso, hoy en día, ya es un lujo.
Cuanto tiempo se necesita para ver la Rivera Albanesa
La Riviera Albanesa no es un destino para ver con prisas. Lo recomendable es dedicarle entre 4 y 7 días, según el ritmo que quieras llevar y los lugares que decidas incluir en tu ruta.
Con cuatro días puedes recorrer las playas más famosas como Ksamil, Dhërmi o Jale, y dar un paseo por Sarandë o Himarë. En cambio, con una semana completa tendrás margen para descubrir también calas escondidas, adentrarte en pueblos más tranquilos y disfrutar de la carretera costera haciendo paradas improvisadas.
En nuestro caso, pasamos 5 días recorriendo la Riviera Albanesa y nos pareció un tiempo perfecto para combinar relax en la playa con visitas a pequeños pueblos y paradas en miradores.
Mejor época del año para viajar a la Riviera Albanesa
La mejor época para viajar a la Riviera Albanesa va a depender de lo que la experiencia que te apetezca tener. Si lo que buscas es disfrutar de la playa, el mar turquesa y moverte sin agobios, te recomendamos ir en junio o septiembre. Nosotros fuimos a principios de junio y fue todo un acierto. El agua estaba buenísima, los sitios ya estaban abiertos y se podía respirar algo de alma, sin el bullicio que imaginamos habrá en pleno julio y agosto.
Evitar los meses más masificados te permitirá saborear mucho más la esencia la Riviera Albanesa. Junio y septiembre son ideales para combinar rutas, relax y buen tiempo sin tanta gente ni precios disparados. Y si lo que buscas es desconexión total, tranquilidad y paisajes a solas, puedes venir en cualquier momento del resto del año. Te sorprenderá la belleza de esta costa, incluso sin sol y sombrilla.
Con esto damos por finalizado nuestro artículo sobre que ver en la Riviera Albanesa, ¿te animas a visitarla?
¡Nos vemos en el próximo post de Pasaporte a La Tierra!
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